Las grasas tienen una mala reputación, ya que promueven la obesidad e incluso, son un factor de riesgo para la diabetes o enfermedades cardiovasculares, porque incrementan los niveles de colesterol en la sangre, de acuerdo con The American Heart Association.
Sin embargo, existen dos tipos de grasas buenas:
- Monoinsaturadas, eficientes para reducir la inflamación corporal, lo que disminuye las probabilidades de sufrir un ataque cardíaco, según reportes de Harvard Medical School.
- Poliinsaturadas, ricas en ácidos grasos como el omega 3 y 6, que optimizan el crecimiento de las células cerebrales, además de disminuir los niveles de colesterol malo en el sistema circulatorio.
Por ello es recomendable integrar este tipo de grasas buenas en el régimen nutricional, te vamos a nombrar algunas de las opciones a emplear.
- Aceite de oliva, no sólo es excepcional para darle sabor a los aderezos, también puedes emplearlo para saltear verduras. Otra opción es el aceite de girasol que es apto para cocinar carnes.
- Vinagre de manzana, es apto para elaborar vinagretas, para añadir más efectos benéficos, combínalo con aceite de cacahuate o de semilla de aguacate.
- Salmón, fuente de omega 3, que además no requiere de grandes cantidades de aceite para prepararlo, pues se trata de un pescado graso. Otra opción de pescados con este tipo de ácidos grasos es el atún y la sardina.
- Nueces, añádelas para elevar un snack como un yogur con frutas. También son un ingrediente perfecto para ensaladas o sopas. Son ricas en omega 3.
- Semillas de calabaza, sésamo y girasol, poseen grasas poliinsaturadas, puedes añadirlas a las ensaladas, al hummus o sobre el arroz al vapor. No sólo conseguirás mejorar su sabor, también reduces el colesterol malo.
- Aguacates, ricos en omega 3, fibra y hasta vitamina E, por lo que brindan saciedad y son aliados de una piel suave.