Conoce las habilidades de ambos endulzantes y decide cuál adoptar.
Stevia, proviene de la planta Stevia rebaudiana. Es un endulzante natural hasta 300 veces más dulce que el azúcar, lo logra porque posee glucósidos de esteviol, usados como edulcorantes. Desde hace unos años ha cobrado relevancia, gracias a que fue autorizada por la Administración de Drogas y Alimentos de los Estados Unidos. No sólo la encuentras como concentrado en gotas o polvo, también es el endulzante de algunas bebidas, yogures, postres horneados y galletas.
- Se ha demostrado, que no aumenta los niveles de azúcar en la sangre, debido a ello puede ser consumida por personas diabéticas.
- Un estudio realizado por la Universidad de Lovaina en Bélgica, reportó que ayuda a la liberación de insulina tras comer; acción que es efectuada por el páncreas, la cual permite regular el azúcar en la sangre.
- Una mínima cantidad es suficiente para endulzar. Lo ideal es emplear el extracto, el cual por lo regular no contiene otros activos, que podrían generar problemas gastrointestinales.
Azúcar, se produce en las hojas de las planta de azúcar, gracias a la fotosíntesis. Probablemente es el endulzante más empleado en todo el mundo, por lo mismo ha sido objeto de múltiples estudios, que han revelado muchos de sus efectos adversos, cuando se consume en grandes cantidades.
- Por lo regular una bebida gaseosa contiene altas concentraciones de azúcar, por lo que si acostumbras beberla a diario, es muy probable presentes envejecimiento prematuro 4.6 años antes de la edad promedio de aparición, según reportes de un estudio realizado por American Journal of Public Health.
- Una pequeña dosis de azúcar brinda energía al cuerpo, lamentablemente el resto no es usado y se almacena en forma de grasa, lo que suele producir obesidad, tanto en adultos como en niños.
- Al consumirla, existe el riesgo de sufrir alteraciones en la presión e incluso, es causante de disminuir el colesterol bueno.