¿Eres de esos mortales que siempre se duermen al meditar? tal vez cuando termines de leer te animes a enfocar tu mente, respirar profundo y concentrarte, ya que esta sencilla práctica puede mejorar tu vida.
- Optimiza la memoria, quedó demostrado en un estudio realizado entre militares, que sufrían niveles de alto estrés; un grupo de ellos, tomó un curso de atención plena, durante ocho semanas y mostró mejoría en la memoria.
- Brinda un impulso al sistema inmunológico para fortalecerlo, según un estudio realizado por Psychosomatic Medicine, que tenía por objetivo medir la actividad eléctrica del cerebro antes y después de meditar. A un grupo, además se le aplico la vacuna de la influenza y encontraron que incrementaron los anticuerpos.
- Disminuye la necesidad de comer alimentos dulces o chatarra, que son aliados de la inflamación, asociada de ciertos problemas crónicos de salud.
- Aumenta la capacidad para afrontar las molestias generadas por algunas enfermedades crónicas, como el cáncer que generan fatiga y hasta dolores de espalda, según Positivity Psychology.
- Decrece los síntomas de la depresión como la ansiedad, ya que regula las emociones y mejora el estado de humor.
- Genera empatía, así que reduce las peleas continuas con amigos, familia y colegas de trabajo.
Lo mejor, al inducir a un estado de relajación, se producen otros beneficios corporales como:
- Reducción de la presión arterial y la frecuencia cardíaca.
- El funcionamiento del cerebro aumenta.
- Mayor claridad de pensamiento.
- Baja los niveles de ansiedad.
- Aumenta la conexión con amigos y familiares.
- Claridad de pensamiento y percepción.
- Mejora del enfoque al trabajar.
- Sensación de tranquilidad.
Inicialmente puedes empezar por pequeñas sesiones de 10 o cinco minutos, en un lugar tranquilo de casa, al inicio del día. Pruébalo por al menos 21 días, tiempo en que una práctica se convierte en hábito.